Constantes y apasionados, pero más bien pocos. Así eran en la
Vilagarcía de antaño los aficionados al toreo, un espectáculo que no ha
conservado tradición en la capital arousana y del que ahora tan solo quedan
fotografías. Imágenes que, eso sí, guardan como oro en paño los descendientes
de aquellos promotores de las “corridas” que a mediados de los años cincuenta
cogieron cierto auge en el municipio y que formaban parte de programas de
fiestas como el de San Roque.
Una pasión que ha pasado de generación en generación y que ha dejado un hondo recuerdo en las mentes de los niños de entonces que, hoy convertidos en adultos, guardan muy vivas las impresiones de aquella época. Mingos Petinal repasa la amistad de su padre con el mítico luis miguel dominguín, al que recuerda siempre con un puro enorme en la boca Sensaciones como la que el mítico Luis Miguel Dominguín causó en Mingos Petinal. “Lo recuerdo fumando un puro enorme. Pensaba que se iba a asfixiar”. Su padre, José Petinal, llegó desde Madrid a la capital arousana para ser factor en la antigua estación de tren, de la que entonces era jefe Santiago Furelos, que acabaría siendo su suegro. Pronto hizo aquí una pandilla de amigos con las que organizaba las corridas de toros protagonizados por ellos mismos. José Barrantes (“Pepe Hillo”), José Varela (“Varelita”) o José Recio (“Capullo”), entre otros. Pese a no ser profesionales se labraron una importante aficción, tal y como recogen las crónicas de la época. “La corrida fue un auténctico éxito, saliendo a hombros el tauricida y revelación de la tauromaquia, Pepe- Hillo. Solo se pudieron lidiar dos toros pero fueron suficientes para el espectáculo, quedando sin intervenir la cuadrilla de Celtita. En el primer toro Palliñas II ante tanto revolcón se lesionó en su mano derecha y hubo de ser sustituido por Pepe Petinal, que se lució en varios pases y mató de certera estocada, recibiendo las dos orejas y el rabo”. Así describe Pepe Prego la “becerrada benéfica” del 26 de agosto de 1954. Por entonces, las corridas se hacían en el muelle comercial, en una plaza portátil con capacidad para unos seis mil espectadores, aunque Mingos Petinal recuerda que las primeras “eran en el campo de A Lomba y la madera la cedió Redondo”. La aficción de su padre por el toreo le costó incluso una sanción. “Le pusieron una multa por saltar al ruedo en la plaza de Pontevedra”. La cantidad que tuvo que pagar no fue baladí. “Cincuenta pesetas de las de entonces!” relata tremendo susto La intensa relación entre Vilagarcía y Santiago vuelve a salir a la luz al hacer un repaso por la historia del toreo. La Gaceta de Galicia relata que en la corrida del 17 de agosto de 1893 “la plaza se llenó prestando un gran contingente Compostela”. En aquella ocasión, las gradas se llevaron un tremendo susto cuando el toro “Gimalito” atrapó a un banderillero. El chico se salvó, aunque “ya creíamos que había pasado a mejor vida”. Diario de Arousa artigo de Olalla Bouza |
||
|
||
| ||
|
TOROS EN ASTURIAS, RECUPERACION DEL ARCHIVO TAURINO,INVESTIGACIÓN. FESTEJOS POPULARES ,TOROS EN EL NORTE.PEÑA TAURINA GIJONA
PEÑA TAURINA GIJONA
10/30/2015
VILLAGARCIA DE AROSA TOROS
10/23/2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)