PEÑA TAURINA GIJONA

PEÑA TAURINA GIJONA

11/26/2010

BERNARDO CASIELLES TORERO ASTURIANO












Nació en Gijón en 1895.A los pocos años se fue a vivir a Oviedo.Se puso por primera vez delante de un toro en 1912 en Gijón, donde estaba anunciada una corrida de Veragua con Manolete padre y Cocherito de Bilbao, a la que saltó de espontáneo plantándose en el ruedo de rodillas dando trés pases y rematando por alto ya de pié, a continuación una tanda de naturales y el de pecho.Fué detenido en medio de una grán ovación.Al poco tiempo actuó de banderillero en una becerrada en Sama de Langreo, y volvió a tirarse al ruedo en una novillada celebrada en Mieres.


Fotografía tomada el día 2 de noviembre de 1921 al torero asturiano Bernardo Casielles al entrar a matar a uno de los toros que lidió aquél día en la plaza de toros de la Cd. de México.Colección mejicana de tarjetas postales antiguas.


En 1919 se sitúa en la cumbre de la novillería toreando 6 tardes en Sevilla.Toma la alternativa el 19 de septiembre de 1920 en la plaza de toros de Oviedo de manos de Juan Saénz Saleri II y de Juán Luís de La Rosa con toros de Veragua.Cortó 2 orejas y rabo saliendo a hombros, repitiendo al día siguiente con salida a hombros.El día 26 de Septiembre confirma su alternativa en Madrid con toros de Marqués de Lleu, de padrino Fortuna, y de testigo Emilio Mendez, siendo muy ovacionado. Cogió grandísimo cartel alternando con Belmonte y Gaona.En 1922 torea en Gijón 2 corridas en la feria de Begoña. Triunfó en España Francia Méjico y Venezuela durante varias temporadas llevando el nombre de Gijón y el de Asturias con orgullo por los ruedos.El 31 de diciembre de 1923 en Venezuela sufre una cornada a raiz de la cual baja su cartel, y en 1924 se despide de los ruedos en la plaza de Vista Alegre de Madrid.Es el torero más importante que ha dado Asturias, aunque ha habido otros muchos,pero no llegaron tán lejos.

Casielles, el torero masón
El matador gijonés, que hizo el paseíllo en plazas de España y América, donde cosechó grandes triunfos, participó en una logia, fue capitán del bando republicano en la guerra y tiene calle en Oviedo

Gijón, Ignacio PELÁEZ Diario La Nueva España.08/2012
Toreros asturianos ha habido pocos. Y masones, sólo uno: Bernardo Casielles Puerta. Lo que destaca de este gijonés y le hace singular es que consiguió aunar en su figura el arte de Cúchares, por un lado, y una azarosa vida que le llevó a combatir en la Guerra Civil, participar en una logia masónica y triunfar en ruedos del otro lado del Atlántico.
Nació un 25 de julio de 1895 en Gijón, hijo de un trabajador del Ferrocarril del Norte. Pronto aparecieron sus deseos de ser torero, aunque también tenía dotes de actor, pues llegó a participar en una obra de teatro en su etapa estudiantil. Pese a las buenas aptitudes de quienes le vieron sobre las tablas, su afición era otra. Con la ayuda del aficionado García Santos aprendió las suertes del toreo. Faltaba darse a conocer. La fecha elegida fue el 15 de agosto de 1912, en una corrida mano a mano con Manolete, padre, y Cocherito de Bilbao, con toros de la ganadería del Duque de Veragua. Durante la lidia del quinto toro, jabonero de mucha seriedad, saltó desde el tendido y tras tres pases de rodillas y remate de pie saludó ante una clamorosa ovación.
Perseverante, tenaz, de mucho genio, entre arrogante y presuntuoso, era el carácter de Casielles, lo que explica su afán por conseguir ser figura del toreo. Una vocación donde la suerte, aunque no siempre, marca la hoja de ruta. El azar quiso que actuando de sobresaliente en la plaza de toros de Vista Alegre, en Carabanchel, el diestro titular fuera cogido. El gijonés se quedó solo para estoquear dos novillos de Tovar y otros tantos de Terrones. El destacado triunfo le permitió comenzar a torear por muchas plazas de España, donde consiguió numerosos éxitos hasta tomar la alternativa, el 19 de septiembre de 1920, en Oviedo. Saleri II, como padrino de ceremonia, le cedió al toro «Marqués», de la ganadería, curiosamente, de Veragua, del que obtuvo los máximos trofeos (dos orejas y rabo). En su confirmación (en Madrid) le acompañaron Fortuna y Emilio Méndez, en un encierro del Marqués de Lleu.
Su paso por el continente americano, quizás por una mano negra que le impedía tener éxito en su país, estuvo marcado por los triunfos y por el amor. Toreó en México con Rodolfo Gaona y Juan Belmonte en 1922. Unos años después, según publica «El Noroeste» el 11 de febrero de 1925, fue detenido en ese mismo país tras enamorarse de una joven mexicana, Amparo Fuentes. El padre, millonario, denunció al torero. Ante el amor que ella declaró que los unía, el juez dejó en libertad a Casielles.
Durante sus últimas temporadas fue intercalando los paseíllos con las reuniones de la masonería. Se inició en la logia madrileña hispanoamericana n.º 379 del Gran Oriente español. Tras las pruebas pertinentes para hacer efectivo su ingreso, se inicia en la masonería el 1 de junio de 1921. Con el tiempo va escalando posiciones en los distintos grados que forman la parte jerárquica de la logia. Pasa al grado de compañero el 20 de julio de 1922, mientras que el 16 de junio de 1923 llega a convertirse en maestro masón, año en el que sufre una cornada en Venezuela que le hace bajar su nivel para después retirarse un año más tarde en la plaza de Vistalegre de Madrid.
La vida de Casielles no estuvo exenta de desgracias. Su hermano, Miguel Casielles, quiso seguir sus pasos sin que el matador pudiera impedirlo a sabiendas de la dureza interna del mundillo: en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias, un 19 de agosto de 1934, un toro de la divisa de María Montalvo le infirió varias cornadas en el vientre de las que no se pudo recuperar.
Estar inmerso en una logia masónica hizo a Casielles ponerse del lado del bando republicano cuando comenzó la Guerra Civil española. Tras ser herido en el frente, en Guadarrama, fue elevado al rango de capitán. Durante la dictadura franquista fue condenado en 1944 por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo a doce años y un día de prisión. Se había exiliado a Caracas tras la derrota republicana y en ese país se ocupó de la explotación agrícola de su esposa mexicana. Allá pasó muchos años, hasta 1964, en que decide volver a su país, su tierra, sus calles, pues el torero no perdonó un verano en que no pasease por su Gijón natal hasta su muerte, en 1983, en Colmenar Viejo, siendo posteriormente enterrado en Oviedo, donde tiene una calle a su nombre. Lo que no ocurre en su ciudad natal.
Bernardo Casielles, un gijonés que bien pudo formar parte del libro de Luismi Piñera «Raros, disidentes y heterodoxos», pues pocos gijoneses pueden decir, si es que hay alguno, que fueron actor, torero, capitán de guerra, maestro masón y veraneante en su ciudad natal. Si hay alguien, bien puede cortarse la coleta.

3 comentarios:

Nélida dijo...

El hijo de este gran torero asturiano vive actualmente en Caracas, le conozco.

GDC dijo...

Y sigue vinculado al mundo de los toros?Tiene imágenes ineditas de la trayectoria de BERNARDO CASIELLES?

Anónimo dijo...

Soy sobrino de Bernardo, por favor pongase en contacto jesusmlb#terra.es