PEÑA TAURINA GIJONA

PEÑA TAURINA GIJONA

10/30/2015

VILLAGARCIA DE AROSA TOROS







Constantes y apasionados, pero más bien pocos. Así eran en la Vilagarcía de antaño los aficionados al toreo, un espectáculo que no ha conservado tradición en la capital arousana y del que ahora tan solo quedan fotografías. Imágenes que, eso sí, guardan como oro en paño los descendientes de aquellos promotores de las “corridas” que a mediados de los años cincuenta cogieron cierto auge en el municipio y que formaban parte de programas de fiestas como el de San Roque.

Una pasión que ha pasado de generación en generación y que ha dejado un hondo recuerdo en las mentes de los niños de entonces que, hoy convertidos en adultos, guardan muy vivas las impresiones de aquella época.

Mingos Petinal repasa la amistad de su padre con el mítico luis miguel dominguín, al que recuerda siempre con un puro enorme
en la boca

Sensaciones como la que el mítico Luis Miguel Dominguín causó en Mingos Petinal. “Lo recuerdo fumando un puro enorme. Pensaba que se iba a asfixiar”. Su padre, José Petinal, llegó desde Madrid a la capital arousana para ser factor en la antigua estación de tren, de la que entonces era jefe Santiago Furelos, que acabaría siendo su suegro. Pronto hizo aquí una pandilla de amigos con las que organizaba las corridas de toros protagonizados por ellos mismos. José Barrantes (“Pepe Hillo”), José Varela (“Varelita”) o José Recio (“Capullo”), entre otros. Pese a no ser profesionales se labraron una importante aficción, tal y como recogen las crónicas de la época. “La corrida fue un auténctico éxito, saliendo a hombros el tauricida y revelación de la tauromaquia, Pepe- Hillo. Solo se pudieron lidiar dos toros pero fueron suficientes para el espectáculo, quedando sin intervenir la cuadrilla de Celtita. En el primer toro Palliñas II ante tanto revolcón se lesionó en su mano derecha y hubo de ser sustituido por Pepe Petinal, que se lució en varios pases y mató de certera estocada, recibiendo las dos orejas y el rabo”. Así describe Pepe Prego la “becerrada benéfica” del 26 de agosto de 1954.

Por entonces, las corridas se hacían en el muelle comercial, en una plaza portátil con capacidad para unos seis mil espectadores, aunque Mingos Petinal recuerda que las primeras “eran en el campo de A Lomba y la madera la cedió Redondo”. La aficción de su padre por el toreo le costó incluso una sanción. “Le pusieron una multa por saltar al ruedo en la plaza de Pontevedra”. La cantidad que tuvo que pagar no fue baladí. “Cincuenta pesetas de las de entonces!” relata

tremendo susto

La intensa relación entre Vilagarcía y Santiago vuelve a salir a la luz al hacer un repaso por la historia del toreo. La Gaceta de Galicia relata que en la corrida del 17 de agosto de 1893 “la plaza se llenó prestando un gran contingente Compostela”. En aquella ocasión, las gradas se llevaron un tremendo susto cuando el toro “Gimalito” atrapó a un banderillero. El chico se salvó, aunque “ya creíamos que había pasado a mejor vida”.



Diario de Arousa

artigo de Olalla Bouza


LOS TOROS Y TOREROS EN VILAGARCÍA

Calculaba yo que esa Novillada que se indica en la foto, debía ser del año 1954, porque parte de los que tenían que organizar todo aquéllo pasaban por la IMPRENTA CELTA, que era la empresa donde yo trabajaba con la familia de D. Severino González Lazán. 

Por allí venía a cambiar impresiones con mi jefe, el Sr. Petinal, que en aquél tiempo era el que mandaba en una empresa de Transportes, llamada "La Camerana", si mi memoria no me falla. De todas aquéllas personas que estaban en el taller, todas se fueron para no volver y sólo yo quedé para contarlo.
Quizá me pueda ayudar el amigo Manolo el de "Koso", que ya no me acordaba de
él, aunque creo que por ésas fechas estaba en la mili, en Ferrol.

Yo oía los comentarios y la carallada que esperaban pasar el día de la Novillada famosa. Había por allí cerca un grupo de gente castellana que vivía en nuestra Vila y se frotaban las manos pensando en el éxito de aquéllos banderilleros falsos que iban a lucir su estilo ante unos novillos traídos de las Ganaderías de Salamanca. 

Allí se vivieron momentos cómicos y de mucha angustia, porque los matadores no tuvieron su día y... Pero los aplausos del público y su aliento hizo que todo saliera "de perlas". Los matadores se hicieron famosos y la gente de la Plaza, aplaudió a rabiar.
Pepe-Hillo y José Varela "Varelita", dejaron su mejor versión cuando entraron a matar, cada uno, por su lado, como era de esperar. Todo salió redondo y los novilleros fueron paseados po#blgtk08#r la Villa como futuros toreros que harían sombra a las mejores espadas de la época, entre ellos Dominguín, padre de Miguel Bosé, Ordóñez y Jaime Ostos, por citar sólo a tres toreros de postín.

Se trató de ofrecer a tan distinguido público otra novillada en años posteriores, pero algo complicó las cosas y los que habían trabajado a fondo en la Novillada anterior no tuvieron gente que los supliera y todo quedó en agua de borrajas y con la miel en los labios... como pasa casi siempre. La gente no quiere riesgos en ninguna parte... Llegan bien con los riesgos de todos los días. Las cosas no siempre salen tan bien como en 1954. ¡Cuánta gente se marchó en casi sesenta años! Yo, que vivo en Santiago y me acerco a mi tierra de Arousa, no soy capaz de poder charlar de gentes y cosas de aquél tiempo con nadie, porque me da la impresión de que se los han tragado la tierra... Y después me pongo muy triste porque yo no puedo estar aquí para siempre. ¡Me da la impresión de que están esperando por mí, allá en esos mundos donde están aquéllos amigos de mi juventud!. Me da la impresión de que estoy solo en este mundo. Me falta ese trozo de vida que no he vivido con mis amigos de ahí...
Siempre que pienso en esto, me pongo tremendamente triste y deseo estar solo con mis pensamientos. No puedo hablar de esto con nadie. ¿Unha pena! 
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"Pasei a Ría de Arousa,
nunha lanchiña de vela;
non vín cousa máis bonita,
nin penso volver a vela"...