El objetivo de esta entrada es que la historia de la plaza de toros de Oviedo no quede en el olvido.Es muy comodo buscar en google y encontrar
Que se hable de ella que se arregle cubriendola ,que sirva para dar otro tipo de espectaculos y toros tambien.
Foto del facebook oviedo antiguo Autor desconocido.Un lleno de no hay billetes.Pinchar para hacerla más grande.
Archivo del critico taurino JMSirgo
Archivo de la biblioteca de la antigua cárcel de Oviedo.
Alfonso X el Sabio cuenta, en la
"Crónica" del siglo XIII, que convertida Oviedo en corte por Alfonso
II el Casto, convocó Cortes en el año 815: "Mientras duraron aquellas se
lidiaban de cada día toros"; lidia que se practicaba a lo caballeresco,
realizada por nobles personajes.
Años más tarde, con motivo de la apertura del
Arca Santa de San Salvador, Alfonso VI viene a Oviedo acompañado de su hermana
Urraca y un gran séquito de nobles y cortesanos entre los que se encontraba don
Rodrigo Díaz de Vivar y su esposa doña Jimena. Se da por seguro que, para
conmemorar la, visita el Rey a la ciudad y, en su honor, se corrieron toros,
destacando, no podía ser de otra manera, entre todos los alanceadores el Cid
Campeador.
Retornando a Oviedo, dice don Juan Uría que -según
los libros de acuerdo del Ayuntamiento, en los años 1488, 1489, 1494 y 1500- se
corrieron toros; otro tanto de lo mismo en las fiestas del Corpus de 1521, para
celebrar diversas efemérides bélicas y reales. Ya en julio de 1617, la ciudad
de Oviedo aprueba las ordenanzas para gobierno de la cofradía de Santa Eulalia,
y en 1639, por bula de Urbano VIII, la santa emeritense fue declarada patrona
de Oviedo y del Principado de Asturias.
Describe Celsa Carmen García Valdés, en el
libro "El teatro en Oviedo" (1498-1700), que ese mismo año se
celebraron grandes festejos y, además de las funciones religiosas en las que
predicó el sermón el señor Obispo, hubo fiesta de toros con diestros
profesionales utilizando garrochas, lanzas y rejones. El Ayuntamiento contrataba
el cierre de la plaza con barrera de madera en la Catedral, Corrada del Obispo,
Plaza Mayor y, ya en 1701, en el Fontán para ahorrar tablados y palenques, y
también las presidía en un palco cubierto, costeando los gastos de seis toros.
Comenta don Sabino Álvarez-Gendín que se obligaba a "refrescar" a los
señores de la Real Audiencia, Ciudad y Cabildo -por lo que se ve también eran
aficionados los canónigos-, con agua de limón fría, dulce, etc.
Parece que no eran muy ortodoxos, como explica
don Juan Uría en el folleto "Juegos y corridas de toros en Oviedo en los
siglos XV y XVIII". Del epílogo de las corridas conocido con la
denominación de "mulillas", también existe noticia en las actas
municipales ovetenses, o por lo menos recordamos una del 25 de setiembre del
año 1669, en la que, se dice, se habían hecho unas mantas de lienzo pintadas
con las armas de la ciudad para cubrir los bueyes que entrasen en la plaza a
sacar los toros, después de desjarretarlos, pero como vemos, en lugar de mulas
los animales empleados para el arrastre eran bueyes.
Si tradicionales eran las comedias en las
fiestas de Santa Eulalia, no lo eran menos los toros. Por ello, en el año 1671,
además de aquellas, hubo juego de sortija, fuegos, luminarias, danzas y
corridas de toros. En el año 1676, para estas mismas fiestas retornaron los
toros. En el de 1680 no se representaron comedias y tan sólo hubo toros y
colación. En 1695, ante la nefasta situación económica en que se encuentra la
ciudad, deciden que no haya festejos taurinos, aunque pronto se retractan al
recordar el voto antiguo hecho a San Roque y el traslado de dicho voto a la
fiesta de Santa Eulalia. Por tanto, se harán corridas de toros, eso sí, sin
gastos de colación y que el desembolso no supere los dos mil reales.
Cómo sería de exiguo el presupuesto por
aquella última década del XVII que, en 1693, ante la imposibilidad de contratar
diestros de verdad, salieron a torear el pregonero de la ciudad acompañado de
otro vecino. En 1697 pretenden traer a los toreros que habían toreado en las
fiestas de León; estos no quieren venir por menos de mil quinientos reales,
cuando aquí no estaban dispuestos a pagar más de mil. Sometido el asunto a
discusión en el Ayuntamiento, deciden que ese año haya toros y se traigan
toreros porque "haber toros sin que haya toreros antes servirá de irrisión
y disgusto de los que miran que no de diversión". Según la profesora Celsa
García-Valdés, de quien proceden la mayoría de estos datos, en 1698 volvió a
haber toros y el toreo de nuevo estuvo a cargo de vecinos de la ciudad y, en
1699, las últimas fiestas de Santa Eulalia y San Roque del siglo XVII, se
celebraron con corridas de toros, toreros, danzas, fuegos, colación de bebidas
y confitura, luminarias, hachas de cera...
Ya en 1875 se inaugura la primera plaza de
madera en el barrio del Fresno (entre Pérez de la Sala y prolongación de
González Besada) con la actuación de los toreros Lagartijo y Villaverde. En
1880, en las fiestas de San Mateo, torean Cagancho, Gallito Chico y Fernández
Gómez. A finales del siglo XIX, en 1889, se construyó la plaza actual que
malamente soporta el paso del tiempo, a la que no terminan de encontrar un
aprovechamiento coherente.
LA PLAZA DE TOROS DE OVIEDO CLAUSURADA POR RUINA.
Noticia de La Nueva España 30 de Marzo de 2008
Oviedo se queda sin plaza de toros, al menos sin poder usarla. Las graves deficiencias en su estructura encontradas por los técnicos municipales han obligado al alcalde, Gabino de Lorenzo, a ordenar su clausura. De este modo, la ciudad queda sin espectáculos taurinos de forma indefinida hasta que no se acometa su rehabilitación integral. La intención de Gabino de Lorenzo es que la reforma de la plaza de toros se incluya dentro del proyecto que el Gobierno regional y el Ayuntamiento negocian para los terrenos que queden libres tras el traslado del Hospital del Cristo a La Cadellada. El Ayuntamiento baraja varios proyectos privados para reformar la plaza, dándole una altura más y transformándola en auditorio y ferial, además de coso taurino.
Francisco Rivera Ordóñez, Manuel Díaz «El Cordobés» y Jesulín de Ubrique. Éste fue el cartel de la corrida de San Mateo del pasado 21 de septiembre, el último que acogerá el coso ovetense al menos durante unos cuantos años. Y es que el alcalde, Gabino de Lorenzo, acaba de ordenar la clausura de la plaza de toros de Buenavista ante las graves deficiencias encontradas en su estructura.
Esta decisión supone la suspensión de las tradicionales corridas de toros de la feria de la Ascensión y de San Mateo hasta que no se acometa una rehabilitación integral del inmueble, un proyecto que, hoy por hoy, no está en la agenda municipal.
El futuro de la plaza de toros pasa ahora por su inclusión dentro del plan de los terrenos del Hospital del Cristo que negocian en la actualidad el Gobierno regional y el Ayuntamiento.
El coso de Buenavista está catalogado como bien de interés cultural (BIC) por el Gobierno regional, lo que obliga a su conservación e impide las reformas que modifiquen su diseño.
El Ayuntamiento baraja desde hace tiempo diversos proyectos de empresas privadas para reconstruir la plaza de toros, dándole una altura más y transformándola en auditorio y recinto ferial con el nombre de «Oviedo Arena». Un proyecto así obligaría a descatalogar el coso como BIC.
La clausura de la plaza parte de un informe firmado el pasado viernes por el funcionario responsable del Patrimonio Municipal, Efrén Rodríguez, quien resalta que «el estado actual de la plaza de toros de Buenavista es muy deficiente en líneas generales, pero especialmente el graderío alto (...), a pesar de los refuerzos metálicos que se realizaron en la década de los años noventa del siglo pasado».
El informe también explica que «todo el pasillo perimetral del graderío alto que resulta accesible está apuntalado y con notables deficiencias constructivas, que en una posición de prudencia, que es exigible al Ayuntamiento en una instalación de uso público, aconseja que en tanto en cuanto no se reconstruyan totalmente la estructura y la parte alta del graderío, no debe ser accesible al uso».
El futuro del barrio del Cristo
El coso de la memoria
La plaza de toros de Oviedo, inaugurada en 1889, permanece clausurada por ruina desde 2007, mientras la ciudad busca un recinto de aforo.
David ORIHUELA
Un recinto con capacidad para 9.300 personas sentadas y 8.000 si se ocupa parte del espacio con un escenario. Oviedo clama por un lugar de estas características para celebrar conciertos, acontecimientos deportivos o ferias. Y lo tiene, pero está declarado en ruinas y clausurado desde el 21 de septiembre de 2007. La plaza de toros de Buenavista vuelve al primer plano de la actualidad política cuando el Ayuntamiento de Oviedo reclama al Principado que incluya el edificio y los jardines de Juan Belmonte, que lo rodean, dentro del plan especial que afectará a los terrenos que actualmente ocupa el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que quedarán liberados una vez que el centro sanitario se traslade a los terrenos de La Cadellada.
La plaza de toros está declarada bien de interés cultural (BIC) desde mayo de 2007, y por tanto la única actuación que se permite es una rehabilitación absolutamente respetuosa con la última reconstrucción de la plaza, es decir, dejarla como está. Para el Ayuntamiento no es una solución viable, porque, en palabras del concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, «no es rentable ni económica ni socialmente». Habría que hacer una inversión de más de cinco millones de euros para rehacer una plaza de toros en cuyos últimos años de uso se celebraban cuatro corridas al año.
El ojo mira hacia León, donde la plaza ha sido privatizada y cubierta, en ella se hace todo lo que le gustaría hacer a Oviedo. Sigue habiendo corridas -con la originalidad discutida por los taurinos de que son bajo techo-, pero también partidos de tenis, por poner un ejemplo.
En la plaza de Oviedo tan sólo hay actividad en las oficinas, hoy reconvertidas en sede de los servicios veterinarios municipales. El resto es una antología del abandono. José Luis Flórez se encarga de que las cosas no pasen a mayores. Lleva desde 1964 como trabajador del Ayuntamiento de Oviedo y en los últimos 20 años ha sido el responsable del coso de Buenavista, nada ha pasado allí en las dos últimas décadas sin que él lo sepa.
Sobre la puerta del callejón se desdibuja el retrato que Favila hizo a Espartaco y su cuadrilla. Es una metáfora de la desmemoria. Por esa misma puerta entraron Frascuelo y Lagartijo el 4 de agosto de 1889, día grande en Oviedo con la inauguración de la plaza de toros, diseñada sobre el proyecto del arquitecto Juan Miguel de la Guardia. Cientos de tardes y noches de gloria hasta la última corrida, la que el 21 de septiembre de 2007 torearon Jesulín de Ubrique, Fran Rivera y el Cordobés.
De aquello sólo queda el recuerdo y algunos dibujos en las paredes que poco a poco van perdiendo pigmentos. Las malas hierbas van tomando poco a poco el albero y los tendidos, las maderas del callejón se van fracturando y perdiendo el tono rojizo característico, pero por eso no se dicta una declaración de ruina, se solucionaría con una mano de pintura y una limpieza en profundidad. El problema es estructural. «La plaza no se va a caer por sí sola», asegura Mortera, pero al mismo tiempo José Luis Fernández, encargado de la plaza, señala unas vigas oxidadas. Son parte de las 72 vigas de hierro que se colocaron en 1991 para asegurar el techo de los pasillos, el suelo del graderío. La humedad se las está comiendo. Y si el hierro se resiente, más aún el ladrillo y la piedra. El tejadillo del tendido de sombra se cae sobre las gradas de hormigón. Ya en los últimos años de vida de la plaza durante la celebración de los conciertos de San Mateo se tuvo que clausurar parte de la grada por miedo a que se viniese abajo. Debajo de esas gradas discurre un oscuro y estrecho pasillo que desde hace años está plagado de puntales.
Las filtraciones de agua, las grietas en los arcos y los desconchones son sólo la parte visible de algo más grave, los problemas internos, los del forjado del edificio, que ya no soportarían un concierto como el que ofrecieron los «Ramones» a principios de los años noventa en su última visita a nuestro país.
Por todas las esquinas de la plaza se ven restos de lo que fue en su día, sobre una de las barras duerme una torre de vasos de cartón, testigo de la última noche de música. Ahora la hierba crece donde los diestros se jugaron la vida y de donde Miguel Ríos salió por piernas en 1982.
Un recinto con capacidad para 9.300 personas sentadas y 8.000 si se ocupa parte del espacio con un escenario. Oviedo clama por un lugar de estas características para celebrar conciertos, acontecimientos deportivos o ferias. Y lo tiene, pero está declarado en ruinas y clausurado desde el 21 de septiembre de 2007. La plaza de toros de Buenavista vuelve al primer plano de la actualidad política cuando el Ayuntamiento de Oviedo reclama al Principado que incluya el edificio y los jardines de Juan Belmonte, que lo rodean, dentro del plan especial que afectará a los terrenos que actualmente ocupa el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que quedarán liberados una vez que el centro sanitario se traslade a los terrenos de La Cadellada.
La plaza de toros está declarada bien de interés cultural (BIC) desde mayo de 2007, y por tanto la única actuación que se permite es una rehabilitación absolutamente respetuosa con la última reconstrucción de la plaza, es decir, dejarla como está. Para el Ayuntamiento no es una solución viable, porque, en palabras del concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, «no es rentable ni económica ni socialmente». Habría que hacer una inversión de más de cinco millones de euros para rehacer una plaza de toros en cuyos últimos años de uso se celebraban cuatro corridas al año.
El ojo mira hacia León, donde la plaza ha sido privatizada y cubierta, en ella se hace todo lo que le gustaría hacer a Oviedo. Sigue habiendo corridas -con la originalidad discutida por los taurinos de que son bajo techo-, pero también partidos de tenis, por poner un ejemplo.
En la plaza de Oviedo tan sólo hay actividad en las oficinas, hoy reconvertidas en sede de los servicios veterinarios municipales. El resto es una antología del abandono. José Luis Flórez se encarga de que las cosas no pasen a mayores. Lleva desde 1964 como trabajador del Ayuntamiento de Oviedo y en los últimos 20 años ha sido el responsable del coso de Buenavista, nada ha pasado allí en las dos últimas décadas sin que él lo sepa.
Sobre la puerta del callejón se desdibuja el retrato que Favila hizo a Espartaco y su cuadrilla. Es una metáfora de la desmemoria. Por esa misma puerta entraron Frascuelo y Lagartijo el 4 de agosto de 1889, día grande en Oviedo con la inauguración de la plaza de toros, diseñada sobre el proyecto del arquitecto Juan Miguel de la Guardia. Cientos de tardes y noches de gloria hasta la última corrida, la que el 21 de septiembre de 2007 torearon Jesulín de Ubrique, Fran Rivera y el Cordobés.
De aquello sólo queda el recuerdo y algunos dibujos en las paredes que poco a poco van perdiendo pigmentos. Las malas hierbas van tomando poco a poco el albero y los tendidos, las maderas del callejón se van fracturando y perdiendo el tono rojizo característico, pero por eso no se dicta una declaración de ruina, se solucionaría con una mano de pintura y una limpieza en profundidad. El problema es estructural. «La plaza no se va a caer por sí sola», asegura Mortera, pero al mismo tiempo José Luis Fernández, encargado de la plaza, señala unas vigas oxidadas. Son parte de las 72 vigas de hierro que se colocaron en 1991 para asegurar el techo de los pasillos, el suelo del graderío. La humedad se las está comiendo. Y si el hierro se resiente, más aún el ladrillo y la piedra. El tejadillo del tendido de sombra se cae sobre las gradas de hormigón. Ya en los últimos años de vida de la plaza durante la celebración de los conciertos de San Mateo se tuvo que clausurar parte de la grada por miedo a que se viniese abajo. Debajo de esas gradas discurre un oscuro y estrecho pasillo que desde hace años está plagado de puntales.
Las filtraciones de agua, las grietas en los arcos y los desconchones son sólo la parte visible de algo más grave, los problemas internos, los del forjado del edificio, que ya no soportarían un concierto como el que ofrecieron los «Ramones» a principios de los años noventa en su última visita a nuestro país.
Por todas las esquinas de la plaza se ven restos de lo que fue en su día, sobre una de las barras duerme una torre de vasos de cartón, testigo de la última noche de música. Ahora la hierba crece donde los diestros se jugaron la vida y de donde Miguel Ríos salió por piernas en 1982.
En uno de sus primeros proyectos, la Rehabilitación de la Plaza de Toros de Oviedo, SUAREZ-SANTAS proponen un gran zócalo que alberga los usos secundarios, y una caja vítrea que envuelve el cilindro de la plaza de toros y alberga un pequeño centro cultural, comercial y administrativo.
IMAGEN DE LA MAQUETA
El zócalo masivo resuelve la diferencia de cotas con la calle generando una plataforma en la parte anterior, previa al acceso al espacio mediador cubierto entre el prisma vítreo y la plaza de TOROS.
El Ayuntamiento quiere reconstruir la plaza de toros para hacer un auditorio y recinto ferial
Mortera plantea descatalogar como BIC el edificio, elevarlo un piso más y convertirlo en «Oviedo Arena», ocupando los bajos con comercios
El Ayuntamiento quiere reconstruir la plaza de toros para hacer un auditorio y recinto ferial
L. S. NAVEROS
El Ayuntamiento de Oviedo quiere rehacer la plaza de toros y darle una altura más, para convertirla en un auditorio-recinto ferial que recibiría el nombre de «Oviedo Arena».El equipo de gobierno asegura contar con ofertas empresariales para hacer esta obra «sin que el Ayuntamiento tenga que poner ni un euro», según el concejal de Urbanismo, Alberto Mortera.
La intención del equipo de gobierno municipal, del PP, pasa por dar «aprovechamientos lucrativos» -que generen dinero- a una parte del espacio de la plaza, a cambio de cuya gestión una empresa asumiría la construcción del nuevo recinto, que sería utilizado como coso taurino, pero también como auditorio al aire libre para conciertos o recinto para ferias y exposiciones. En concreto, las propuestas empresariales que han recibido piden a cambio de la construcción del recinto la autorización de un aparcamiento bajo rasante y la inclusión de usos comerciales en la primera planta de la plaza, que tendría una altura más.
El concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, recuerda que la plaza de toros tuvo en su día esa altura. «Para posibles defensores del patrimonio, adelanto que la plaza de toros de Buenavista tuvo otro piso originariamente, aunque después del incendio que sufrió en 1932 no se reconstruyó con su altura original», afirma el concejal.
La operación requeriría la descatalogación del coso de Buenavista, un edificio que cuenta con la máxima protección de la Consejería de Cultura, que lo declaró Bien de Interés Cultural. La solicitud de descatalogación podría incluirse entre las peticiones municipales al Principado, dentro del plan de reforma del Cristo y Buenavista que se plantea para dar nuevos usos al área hospitalaria, una vez que esté acabado el nuevo hospital que se construye en La Cadellada.
La plaza de toros de Buenavista fue proyectada por Juan Miguel de Guardia -el mismo arquitecto que diseñó el palacete «Villa Magdalena»- y se inauguró en 1889. Un incendio, en 1932, obligó a su reforma dos años después. La adquisición del coso por parte del Ayuntamiento se produjo más de medio siglo después de su inauguración, en 1944. El edificio es un polígono irregular de casi 18 metros y dieciséis lados. Es de estilo mudéjar, con arcos de ladrillo, al igual que los huecos y pilastras. Destaca, en la plaza de Buenavista, la puerta principal, de ladrillo y piedra, superpuesta a uno de los lados del coso. Ha sufrido varias intervenciones, y la última rehabilitación integral del edificio data de 1957, fecha en la que se simplificó la decoración, resultando la actual plaza de Buenavista.
En la actualidad, la plaza está en bastante mal estado de conservación. El Catálogo Urbanístico de Oviedo, aprobado en 2005, considera que el estado en el que se encuentra es «malo» y presenta anomalías que afectan también a su estructura.
El concejal Alberto Mortera asegura que está en un estado cercano a la ruina y que se requiere una intervención integral para recuperarlo, «una reconstrucción completa». «Ahora mismo no hay metro cuadrado en la ciudad más desaprovechado que los de la plaza de toros, que se usa cuatro días al año, pese a ser un lugar y un entorno privilegiado».
La reforma podría incluir también la cubierta de la plaza, un proyecto que ha sido una constante en las últimas décadas, que ha hecho correr ríos de tinta y ha creado polémicas institucionales, pero que nunca se ha llegado a concretar, pese a que el Ayuntamiento llegó a convocar un concurso internacional de arquitectura. Hasta el momento, nada se ha materializado, y la idea que lanza ahora el equipo de gobierno depende de la negociación abierta para el futuro de los terrenos sanitarios, a los que se ha vinculado la parcela del coso.
De una plaza «de toros», la de Buenavista, pasaría de ser un coso «para todos». El proyecto que presentó ayer la peña Julián Cañedo, diseñado por el arquitecto Jesús Álvarez Arango, proyecta una infraestructura nueva por completo. Mantiene la arena para las faenas taurinas y aporta locales comerciales en los bajos exteriores.
El diseño arrancaría en los mismos pilares de la edificación. Implicaría, pues, demoler el actual coso, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Según afirma el autor de los bocetos, la plaza actual no cumple las medidas de seguridad necesarias y su estructura es incapaz de soportar el peso de una cubierta. Sus infografías muestran una edificación de hormigón, acero y vidrio, dotado de una visera móvil que podría desplegarse los días de sol.
El ruedo estará climatizado y sería una construcción moderna. «Abandonaría la temática mudéjar», explicó Álvarez Arango, ganador del concurso para diseñar la plaza taurina de Collado Villalba. Su propuesta para Oviedo pasa por combinar los usos del inmueble. «No podemos hipotecarnos a los toros», avanzó. La pervivencia del coso de Buenavista está asociada a la búsqueda de utilidad. Desde el punto de vista de la financiación, la instalación de bajos comerciales aportaría buenas aportaciones.
Los miembros de la peña no quieren renunciar a sus dos temporadas: la que se desarrolla en torno a la feria de La Ascensión y la que ronda las fiestas de San Mateo.
Las infografías que presentó ayer el arquitecto en el hotel Regente mostraban una plaza renovada al cien por cien. Pero Álvarez Arango no descarta conservar alguna pieza como recuerdo del ruedo construido en 1889 por Juan Miguel de la Guardia, autor del palacete de Villa Magdalena. «Una piedra o alguna puerta» podrían permanecer como únicas reminiscencias de una plaza de finales del XIX.
Es la segunda vez que el arquitecto planea un proyecto para la plaza de Buenavista. Para conocer la anterior hay que remontarse once años atrás. Desde entonces, han llovido propuestas. Alberto Mortera anunció la pasada semana que hay dos empresas interesadas en crear un centro multiuso para ferias denominado 'Oviedo Arena'.
El diseño arrancaría en los mismos pilares de la edificación. Implicaría, pues, demoler el actual coso, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Según afirma el autor de los bocetos, la plaza actual no cumple las medidas de seguridad necesarias y su estructura es incapaz de soportar el peso de una cubierta. Sus infografías muestran una edificación de hormigón, acero y vidrio, dotado de una visera móvil que podría desplegarse los días de sol.
El ruedo estará climatizado y sería una construcción moderna. «Abandonaría la temática mudéjar», explicó Álvarez Arango, ganador del concurso para diseñar la plaza taurina de Collado Villalba. Su propuesta para Oviedo pasa por combinar los usos del inmueble. «No podemos hipotecarnos a los toros», avanzó. La pervivencia del coso de Buenavista está asociada a la búsqueda de utilidad. Desde el punto de vista de la financiación, la instalación de bajos comerciales aportaría buenas aportaciones.
Los miembros de la peña no quieren renunciar a sus dos temporadas: la que se desarrolla en torno a la feria de La Ascensión y la que ronda las fiestas de San Mateo.
Las infografías que presentó ayer el arquitecto en el hotel Regente mostraban una plaza renovada al cien por cien. Pero Álvarez Arango no descarta conservar alguna pieza como recuerdo del ruedo construido en 1889 por Juan Miguel de la Guardia, autor del palacete de Villa Magdalena. «Una piedra o alguna puerta» podrían permanecer como únicas reminiscencias de una plaza de finales del XIX.
Es la segunda vez que el arquitecto planea un proyecto para la plaza de Buenavista. Para conocer la anterior hay que remontarse once años atrás. Desde entonces, han llovido propuestas. Alberto Mortera anunció la pasada semana que hay dos empresas interesadas en crear un centro multiuso para ferias denominado 'Oviedo Arena'.
Una cubierta móvil de tela tapará el recinto ferial, con capacidad para 3.000 personas y dos plantas de garaje de 800 plazas cada una
Elena VÉLEZ
El PP propone construir una instalación de usos múltiples adosada a la actual plaza de toros en parte de los terrenos liberados por el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en el Cristo. Bajo el nombre Oviedo Arena, se plantea que el recinto acoja ferias, conciertos y grandes eventos. De esta forma, el coso se mantiene restaurado «como corresponde a su grado de protección» y actúa como hall de los actos principales, además de mantener su independencia para pequeñas actividades o actuaciones al aire libre.
Lo más llamativo del proyecto es la cubierta móvil del recinto de la parte posterior de la plaza de toros, que se desplegará en función de las necesidades. El aforo será de 3.000 personas sentadas más la pista para el resto de público, que podrá acceder al Oviedo Arena a través del coso o de dos entradas laterales, según vaya a las gradas o al suelo.
Sobre una superficie de 120x180 metros cuadrados, la instalación cuenta con dos plantas de garaje de 800 plazas cada una.
El presupuesto aproximado alcanza los 16 millones de euros, en el que «se ha tenido en cuenta el significativo movimiento de tierras necesario para la liberación de la parcela».
Esta propuesta forma parte de los nuevos proyectos de reordenación del área hospitalaria y, como tal, deberá ser negociada por el resto de administraciones implicadas, regional y nacional. En concreto, sólo repercutiría sobre el terreno ocupado en la actualidad por el estacionamiento hospitalario, mientras que «el resto de la zona recibirá nuevas propuestas conforme se desarrollen las conversaciones entre las administraciones implicadas en los terrenos del Hospital Central.
El PP propone construir una instalación de usos múltiples adosada a la actual plaza de toros en parte de los terrenos liberados por el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en el Cristo. Bajo el nombre Oviedo Arena, se plantea que el recinto acoja ferias, conciertos y grandes eventos. De esta forma, el coso se mantiene restaurado «como corresponde a su grado de protección» y actúa como hall de los actos principales, además de mantener su independencia para pequeñas actividades o actuaciones al aire libre.
Lo más llamativo del proyecto es la cubierta móvil del recinto de la parte posterior de la plaza de toros, que se desplegará en función de las necesidades. El aforo será de 3.000 personas sentadas más la pista para el resto de público, que podrá acceder al Oviedo Arena a través del coso o de dos entradas laterales, según vaya a las gradas o al suelo.
Sobre una superficie de 120x180 metros cuadrados, la instalación cuenta con dos plantas de garaje de 800 plazas cada una.
El presupuesto aproximado alcanza los 16 millones de euros, en el que «se ha tenido en cuenta el significativo movimiento de tierras necesario para la liberación de la parcela».
Esta propuesta forma parte de los nuevos proyectos de reordenación del área hospitalaria y, como tal, deberá ser negociada por el resto de administraciones implicadas, regional y nacional. En concreto, sólo repercutiría sobre el terreno ocupado en la actualidad por el estacionamiento hospitalario, mientras que «el resto de la zona recibirá nuevas propuestas conforme se desarrollen las conversaciones entre las administraciones implicadas en los terrenos del Hospital Central.
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