NOTICIA DEL DIARIO LA NUEVA ESPAÑA 02/02/2011
«La vaca parecía el mismo diablo»
Dalila Da Asunción y Kevin Fernández cuentan el miedo que pasaron cuando les embistió la res embravecida de Turón
Andrés VELASCO
En Turón todo el mundo hablaba ayer de las embestidas de la vaca embravecida que sembró el pánico en todo el valle. El animal se escapó cuando era introducido en un finca de San Andrés e hirió a cuatro personas, entre ellas un niño, antes de ser abatida a tiros por agentes de la Policía Local de Mieres.
Todavía con el susto en el cuerpo, Dalila Da Asunción, de 71 años, señala, entre aspavientos, que en la vaca vio al mismísimo Satanás. «Parecía el mismo diablo», asegura la mujer, «El animal vino derecho a mí, yo quería apartarlo, pero me cogió con los cuernos y me volteó por los aires», asegura esta vecina del núcleo de La Veguina, con un visible hematoma en el ojo y un tremendo golpe en la cabeza.
Con el revolcón y los golpes Dalila Da Asunción perdió la noción del tiempo y el espacio. «No se quién me levantó, solo me acuerdo que un chaval dijo que iba a llamar a mi hijo José». Fue trasladada al hospital Álvarez Buylla y de vuelta a casa su hijo tuvo que quedarse a dormir con ella porque esta aterrorizada. «Me operaron de un tumor en la cabeza hace dos años y ahora tengo miedo que me pase algo por el golpe que me dio la vaca», afirma Dalila, que bromea con que «si me dieran la carne de la vaca no la querría, que bastante tuve ya con ella».
Algo más tranquilo que Dalila se encontraba ayer Kevin Fernández, el pequeño de once años al que el desbocado animal revolcó también en su periplo de más de 5 kilómetros por el valle de Turón. «La verdad es que sí pasé miedo», asegura el pequeño, que reconoce que «lo primero que pensé es que no volvería a ver a mi familia». Kevin volvía por la antigua carretera de Hunosa de una clase de artesanía, como todos los días, cuando se encontró con la vaca. «Me aparté, pero vi como el animal venía a por mi, y empecé a correr», explica el joven, que segundos después sintió como la vaca le levantaba con los cuernos y lo revolcaba. Su abuelo José Antonio Fernández y su madre Violeta, pasaron momentos de angustia, pero ya «todo se ha quedado por suerte en un susto, aunque sí es cierto que la cosa pudo ser más grave». Kevin, pese a la herida en el costado que tiene, ya vuelve a sonreír, sobre todo porque este pequeño accidente le servirá para reposar unos días en casa, en el núcleo de Canabatán, antes de volver el lunes al colegio.
En el núcleo de La Felguera, todo eran comentarios por la mañana. Los más pequeños se llevaron un buen susto y tuvieron que escapar de la vaca, como es el caso de Laura y Fernando, de 12 y 14 años. Otros, como Maruja, otra de las heridas, corrieron peor suerte. La mujer sigue en el hospital con un fuerte golpe en la cadera. La cuarta de las heridas, una mujer del núcleo de Villapendi, se encuentra en casa de sus hijos, según relataron los vecinos.
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