12/30/2011

TOROS EN LA ROBLA(LEON)1956



Noticia de  elrefugiodejavi.blogspot.com

En el año 1956, una de las atracciones de las fiestas, era la gran becerrada, donde se construía una plaza de toros y se lidiaban, banderilleaban y se mataban a estoque.

Los maestros hacían el paseíllo y eran aclamados, y vitoreados por la multitud de público que se encontraba en la plaza, a esperas de que sus ídolos hicieran una buena faena rematando las reses con el estoque.

En aquellos años los toreros no tenían el problema de hacerlo mal, y que el público les tirara las famosas almohadillas, ya que cuando los organizadores hacían la plaza, bastante tenían con poder poner tablas y tablones para que las personas que asistieran al evento se pudieran sentar y observar el espectáculo. O al menos eso es lo que parece, y se puede ver en las fotos.

12/11/2011

ESCUELA TAURINA DE VIZCAYA

 

 

Primera escuela taurina del País Vasco

TONIA ETXARRI - ,Noticia del Diario el País.  Bilbao - 06/04/1987


Que la cantera de Bilbao busca toreros es un secreto a voces que propagan los aficionados en los siete últimos años, desde que el último matador de toros, Manuel Alonso, Herrerita, se cortó la coleta. Ahora, la asociación cultural Escuela Taurina de Vizcaya ha hecho sonar su clarín para anunciar que. la primera escuela de tauromaquia del País Vasco se inaugura hoy, 6 de abril, en la plaza de Vista Alegre.
Veinte chavales y una muchacha se han inscrito. Sus edades oscilan de los siete años a los 20, casi todos han nacido en Bilbao y son hijos de emigrantes. Les gusta todo del mundo taurino y aseguran que la afición la llevan muy dentro. Sus ídolos son Espartaco y el malogrado Paquirri, creen que no tienen miedo y quieren ponerse el mundo por montera.De la mano de algunos novilleros, mozos de espadas, un picador y el propio Herrerita, la escuela taurina comenzará a funcionar hoy en las dependencias del coso bilbaíno. El banderillero José Ignacio Quintana es el presidente de la escuela. "Lo más importante de las clases", dice, "será el toreo de salón, aunque sin dejar a un lado la teoría".
La mayoría de los aspirantes están ansiosos por aprender y, sobre todo, por saber si sirven para estas lides. La inscripción de una chica ha suscitado la expectación más allá del mundillo taurino. Se trata de Montse, una bilbaína de 19 años, hija de un chófer vallisoletano y sobrina de un mayoral Trabaja como empleada de hogar. Sabe que su nombre se mueve, a partir de ahora, en u mundo de autosuficiencia, re celos y desconfianza; que muchos aficionados piensan que lo que tiene que hacer la mujer es parir buenos toreros y dejarse de monsergas. Pero no le importa. Asegura que lo suyo va en serio y cree que si demuestra su vena torera la afición le animará.
José Manuel y Miguel son primos, tienen 14 y 12 años respectivamente, y ambos son hijos de mulilleros. Compaginarán sus estudios de EGB con los de tauromaquia. Para José Manuel, el mejor torero es Espartaco. Ismael, 14 años, hijo de industrial y peluquera, coincide en esta preferencia.
Entre los profesores hay un picador, Egaña, que explicará el tercio de varas. Sabe que en la escuela no va a ganar adeptos para, su causa porque los asalariados de la garrocha no tienen demasiada aceptación en este mundo infantil.
Antonio, 11 años, hijo de ferroviario, está ilusionadísimo, como todos, y más cuando Quintana les anuncia que los más aventajados torearán becerras en Salamanca. El curso finalizará el 18 de octubre.


11/16/2011

BETIZUS.

Azpeitia

Tolosa.1898 plaza vieja .Toro betizu



Mondragón minuto 3.30

https://vimeo.com/116428741


Tolosa.1898 plaza vieja .Toro betizu.

 Eibar 1910 Toro de LAstur



Pasajes 1865 toro betizu

El eslabón con la prehistoria

                                                            LEKEITIO 1960 MINUT0 11,30


Noticias de Gipuzkoa 18/07/2011


La raza de toro betizu sobrevive gracias a la afición de Joxemari Plazaola

Pasear por las laderas del monte Pagoeta, en Aia, es remontarse a otros tiempos porque en sus laderas y arbolados se encuentra el único eslabón, el enlace, el nexo vivo entre este mundo y la prehistoria, aquel toro que pintaron en las cuevas de Ekain o Karrantza. Cuando uno contempla el ganado betizu, el descendiente directo del bos taurus primigenius o uro, le dan ganas de exclamar, de gritar ¡viven! Y viven, en este caso, gracias a la afición y desvelos de Joxemari Plazaola, veterinario de la Diputación de Gipuzkoa. Ahí está el toro rojo de Euskal Herria, aquel que echaba fuego por los belfos y Aita Barandiaran describía en su Mitología vasca como guardián de la cueva de Mari, la diosa de cabellos de oro.La raza betizu o la casta navarra (el betizu de Navarra) protagonizó importantes páginas de la tauromaquia. Aquel torito rojo que Goya o Zuloaga plasmaron en sus lienzos de retazos taurinos, de cornamenta en media luna los toros, y en forma de lira en las vacas. Toros fieros, que atacaban a todo lo que se movía, que se revolvían en un palmo de terreno y se hacían molestos para los diestros. Eso les llevó a la tumba porque el toreo, las formas del toreo, cambiaron el valor por la estética a finales del siglo XIX y las primeras luces del XX.
Eso, unido al poco rendimiento cárnico de este ganado, acabó, aparentemente, con los toros y vacas de Euskal Herria. Solamente una manada de betizus sin dueño vivía en las estribaciones del monte Larrun y, cuando se construyó el tren-cremallera del col de Saint Ignace a la cima de la montaña, entre Sara y Azkaine, quedó eliminada. El toro vasco, fibroso y de sangre caliente, desapareció, mayormente, en combate, dando la cara. Algunos, muy pocos, quedaron diseminados por los bosques y montes vascos o en los sotos de la Ribera navarra. Y aquí comienza el trabajo de Joxemari Plazaola.
Veterinario vocacional, Plazaola es sobre todo un conservacionista de espíritu y un naturalista convencido, lo que explica su pasión por conservar esta raza. "La razón más importante de que me preocupa por conservar esta raza es que estos animales existen y son un importante legado cultural. Hemos heredado de nuestros antepasados, de generación en generación, numerosos bienes, algunos estáticos como los monumentos megalíticos, pinturas rupestres, monumentos recientes… Y otros vivos y dinámicos como es el euskera, nuestra lengua", asegura. "Es aquí, en este segundo grupo", continúa, "donde debemos situar la raza betizu que, pese a los esfuerzos de muchas gentes, aún se encuentra en peligro de extinción y sobre nosotros recae la responsabilidad de que no desaparezca".
Efectivamente, el veterinario navarro, de Erlegi, Teófilo Etxeberria Belzunegi, afirmaba en un estudio de investigación que "escribir sobre el ganado vacuno pirenaico resulta casi una osadía no exenta de riesgos. Se trata de una población animal cuyo origen, presumimos, es tan antiguo como el pueblo vasco. Hay que suponer que el desplazamiento de éste se vio acompañado por el de todos sus bienes, incluyendo los ganados. El euskara, o lengua de los vascos, y el vacuno pirenaico son, entre otros, restos únicos de la Europa indígena".
En pagoeta Plazaola se enteró hace algo más de 20 años de que en nuestros montes vivían ejemplares de betizus a punto de desaparecer. Lejos de su trabajo, por su propia cuenta, los fines de semana se desplazaba a caseríos, hablaba con baserritarras sobre si alguien había observado este ganado en las cercanías, buscaba rastros, información, etc. y así continúa, como si esta historia no acabara nunca. "Es un trabajo que hago muy a gusto porque, si nosotros hemos recibido este legado, tenemos la obligación de traspasar esta herencia a futuras generaciones y que nadie pueda decir el día de mañana que hace tiempo existió una raza".
Plazaola estima que en el parque natural de Pagoeta, propiedad de la Diputación Foral de Gipuzkoa, hay 37 cabezas de betizus, de las que dos son toros. En Gipuzkoa viven alrededor de 240 vacas calificadas y entre trece y quince toros también calificados", es decir, puros, auténticos. En Bizkaia hay algunas cabezas en Dima; existen también en Lapurdi, en los montes de Biriatu; en zonas de Navarra (Goizueta, Leitza y Arano), en Baztán y en Baraibar, al pie de San Miguel de Aralar...
"Desconozco la cifra total de betizus que existen en Euskal Herria", señala Plazaola, que cree que el riesgo de extinción de esta especie es "evidente". "Para garantizar la supervivencia de la raza betizu y dejar el riesgo de desaparición tendría que haber más de mil cabezas en general, y aún estamos muy lejos de llegar a esa cifra", afirma el veterinario.

Plazaola considera que las administraciones de cada territorio "deberían implicarse. Que la gente tome conciencia de la importancia de este ganado como herencia a preservar. Son animales que poseen una increíble aptitud para adaptarse a cualquier situación adversa en cuanto a clima y alimentación, por su rusticidad. Este ganado hace la labor de jardinero de nuestros montes, sí, sí,…Hay que ver, por ejemplo, cómo se encuentran los pinares y arbolados del monte Adarra, no hay jardinero que limpie el monte de esa manera".
"Si nosotros hemos recibido este legado, tenemos la obligación de traspasarlo", afirma Plazaola
Plazaola disfruta observando a las betizus -"disfruto muchísimo viéndolo, observando sus reacciones, sus "gustos", querencias…"-, y asegura que no hay un problema de consanguinidad en la reserva de Pagoeta: "Me preocupo de traer toros calificados de otros lugares. No hay problema. La variabilidad está garantizada.
El toro rojo La canción Pasaiako herritik dator notizia, zezen bat irten dela jenioz bizia…


popularizada por Mikel Laboa, nos cuenta las peripecias de un toro, posiblemente betizu, que se escapa de la plaza de Pasaia un día de Santiago. Por otra parte, el jesuita Manuel Larramendi, Aita Larramendi, (Andoain 1690-Loiola 1766), escribió sobre la gran afición de los vascos, en este caso guipuzcoanos, a los toros. Y recogió en su Corografía de la Provincia de Guipúzcoa, escrita en 1754, que "es tan grande esta afición que, como se dijo por chiste por los de Salamanca, si en el Cielo se corrieran toros, los guipuzcoanos todos fueran santos para irlos a ver en el Cielo". Y añade sobre el ganado que se utiliza en las fiestas que "en ocasiones especiales se traen toros de Castilla y de Navarra, fieros, que con su catadura sola espantan; pero en fiestas ordinarias y anuales se corren toros del país y acabada la corrida los llevan al monte y a sus caserías".
Desde tiempo inmemorial, estos animales han sido empleados en las plazas y calles de Euskal Herria para diferentes festejos taurinos. Los ganaderos subían al monte a atraparlos y, desde allí, llevarlos caminando a los pueblos en fiestas, como lo hacía, entre otros, Antonio Artetxe, Saka, padre del debarra Axensio.
Lezo 1912



En las fiestas de Goizueta, según el veterinario Plazaola, bajaban betizus que pastaban en el monte propiedad del pueblo, para sacarlas en los festejos. Como lo hacían en la localidad vizcaina de Dima y en pueblos del valle de Arratia. Aún se recuerda el dicho "Arratiko txekorra, txikerra eta gogorra".
Pero con el torito fiero vasco se han cruzado también apuestas importantes, como la ocurrida en el siglo XVIII en Amezketa. El señor Arcelus, ganadero de Ataun, dejó caer que en su pueblo había un chico "del caserío Amilleta, que no había cumplido aún 18 años", que era capaz de tumbar el toro que en ese momento se jugaba en la plaza "haciéndole tocar el suelo con su cabeza agarrándole de los cuernos". Cuando llegó el reto a oídos del dueño del toro, se presentó este ante Arcelus y "noblemente apostaron cinco onzas de oro para cada uno, con el fin de que al día siguiente el chico que trajera Arcelus jugara en la misma plaza con aquel toro". Así, cuando el toro embistió agachando la cabeza, el joven lo agarró por los cuernos y torciéndole el cuello (mancornándolo) logró "que diera con su cabeza en el suelo, ora hacia un lado ora al otro lado". Los jueces dieron por ganada la apuesta del joven.
El toro betizu se mueve en un palmo de terreno. Es bravo, celoso y duro. Javier Arrizabalaga, de Leizarran Ganadutegia (Itziar-Deba), sacó el pasado año cinco betizus a la plaza de Zestoa, que celebraba sus fiestas. Cinco betizus que dieron un juego excelente. Las reacciones de los animales fueron las esperadas. Perseguían a los toreros con tal celo que no cejaban hasta tener la presa en sus cuernos.
sokamuturra Según Plazaola, "este tipo de ganado creo que no saldrá nunca a las plazas para ser toreados con capa y muleta. Los toreros, y el toreo actual, requieren un ganado que no moleste. Por otra parte, el rendimiento cárnico es muy escaso. Pero sí valen para soltarlos en calles y plazas de los pueblos, en sokamuturra o simplemente para recortarlos, para jugar con el toro, como antaño. Son vivos, listos y se revuelven en un santiamén".
Mientras tanto, el betizu, el toro rojo de Euskal Herria, ha comenzado a verse con alguna asiduidad en las fiestas de los pueblos. Toros vivaces y listos, a los que deberán medirse jóvenes ágiles y con agallas que habrán de burlar las embestidas con el quiebro de cintura, el salto o la carrera como única arma. Ese es el juego con el toro, así es el toreo vasco por excelencia.
A comienzos de este año la ganadería de toros Reta de Casta Navarra, de Grozin, en Tierra Estella, ingresó en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, la santa santorum, la más importante de las cinco de cabecera que existe en el panorama ganadero de bravo.
El hecho constituyó un paso importante para lo que supone el mantenimiento de la raza hermana de la betizu. Miguel Reta, además, quiere probar este ganado, posiblemente el próximo año, en novilladas sin caballos para ver los resultados y estudiar el futuro. La incógnita está en el aire…
udafestak

Históricamente el aprovechamiento de los animales de la raza Betizu ha sido para los festejos taurinos de nuestros pueblos y para el autoconsumo de la carne.

Las últimas vacas salvajes de Europa

Dos expertos publican el primer trabajo de investigación sobre las betizu, una especie en peligro de extinción

Diario el País.MIKEL MUEZ - Pamplona - 07/01/2006

Son las últimas vacas salvajes de Europa. Las betizu (vaca arisca), animal mítico de los vascos convertido en zezen gorri y behi gorri como guardián de los tesoros de las grutas donde vive la diosa Mari; vaca "huraña" en la descripción de José Miguel de Barandiarán. Un ganado genéticamente fosilizado cuyos últimos 450 ejemplares recorren montes de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y el País Vasco francés y que constituye por sí mismo un bien científico, ecológico y etnográfico de primera magnitud.
Los últimos 450 ejemplares recorren montes de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y el País Vasco francés
Dos expertos, el médico Satur Napal y Alberto Pérez de Muniáin, veterinario del Instituto Técnico Ganadero navarro, acaban de publicar el primer trabajo completo sobre esta raza de ganado en peligro de extinción. Los autores piden mayor protección oficial para las betizu y su rentabilización ecológica, científica e incluso turística mediante su inclusión en los cada día más numerosos circuitos de ocio para la observación de animales.
Las betizu están mereciendo una atención creciente. Canal Satélite Digital y ETB les dedicarán próximamente sendos espacios televisivos. El biólogo e investigador del CSIC Miguel Delibes de Castro ha visitado Navarra buscando sus rebaños. Muchos montañeros y senderistas se han cruzado con ellas y saben que en época de cría estos animales de color rojizo y 350 kilos de peso medio (500 kilos los toros) embisten para proteger a sus terneros. Sus cuernos, poderosos, evolucionan en las hembras hacia formas en lira o espiral. Toda precaución es poca aunque la vaca, huidiza, escapa del contacto humano.
Las betizu suponen una reliquia viva adaptada perfectamente al medio, dan poca carne y sólo tienen leche cuando crían un ternero cada dos años. Así, no es de extrañar que hayan vivido a su aire, sin cruces y con arreglo a las leyes de la selección natural ajenas al aprovechamiento humano.
Su origen hay que buscarlos en el ganado semisalvaje bovino presente en los Pirineos desde tiempos inmemoriales. Fue la base sobre la que los antiguos ganaderos de la ribera del Ebro crearon el ganado brazo de casta navarra que llenó la tauromaquia de los siglos XVIII y XIX hasta llegar a los renombrados carriquiris.
Cuando la especie agonizaba, en 1975, la Asociación Navarra de Amigos de la Naturaleza adquirió en Goizueta un toro, tres vacas y dos terneros y los liberó en las sierras de Zariquieta, Artxuba y Artanga, cerca del embalse de Itoiz. De aquel núcleo, hoy muy numeroso, se cedieron toros a explotaciones navarras y vascas. Con un origen similar, las betizu guipuzcoanas subsisten en el macizo de Adarra, Bajo Deba, Eskoriatza y una pequeña población protegida por la Diputación en el Parque Natural de Pagoeta (Aia).
La betizu también mantiene en Vizcaya una de sus últimas poblaciones, apenas unos ejemplares en los entornos de Gorbea y Urkiola. En este caso, la recuperación de la raza le debe mucho a Andoni Rekagorri, ex concejal de Salud y Consumo de Bilbao y actual director de Planificación, Estudios e Inspección del departamento vizcaíno de Acción Social. Apasionado de los toros, Rekagorri inició en los años setenta la tarea de localizar, adquirir y formar un rebaño en los terrenos de un caserío en Dima. En la actualidad existen seis criadores en Vizcaya (Dima, Zaratamo, Güeñes, Orozko y Amorebieta) y el número de reses supera las 50. En el País Vasco francés, no suman más de 30, relegadas a montes de Lapurdi y Baja Navarra.
"Teniendo una raza tan peculiar es chocante que las instituciones no hayan difundido su explotación turística", señalan Napal y Pérez de Muniáin, emulando, por ejemplo, al tratamiento en parques y reservas que los británicos dan a algunos de sus rebaños vacunos.
El esfuerzo protector sí fructificó en la elaboración del estándar racial de la betizu, oficializado en 1999 como paso previo a su posterior reconocimiento en distintos catálogos oficiales, como los de la FAO, la ONU, el vasco, el navarro y el español. En Navarra, los mejores ejemplares pertenecen al Gobierno, que subvenciona su cría a los ganaderos interesados.
Aún así merecerían, señalan los autores, una mayor promoción. El libro resalta las potencialidades de la raza como productora de carne, al igual que el gran valor de sus rebaños en la limpieza de los montes como factor de prevención de los incendios forestales.
La betizu es una reserva genética de la biodiversidad y ya hay quien está intentando utilizar machos castrados como cabestros para el manejo de ganado brazo. Ya se han realizado algunos intentos con muy buenos resultados. La activación de circuitos turísticos de observación es otra de las posibilidades apuntadas en la investigación, que recuerda que el parque de la naturaleza Senda Viva, sito en la localidad navarra de Arguedas, exhibe un pequeño rebaño.


Euskaldunik baldin badago munduan hori Axenxio Artetxe ganaduzalea dela esango nuke. Bai, Arriola bailarako Perla baserrian 1930ean jaiotako gizonak ezer gutxi egiten du gaztelaniaz, nik apenas entzun diot behintzat. "Nik erdaraz gutxi egiten dut gutxi dakidalako baina Madrilen, Donostiara edo Bilbora papeleotara joaten nin-tzenean ondo ulertzen zidaten…", gogoratu du, barrez.
Umetan Maria Azpeitiren eskolan aritu zen baina etxean egin beharrak zeudela eta sarritan ezin izaten zen eskolara joan. Geroago, Begoña Andonegi irakaslea euren etxean egon zen apopilo eta orduan ikasi omen zuen ikasitako apurra. Aita, Antonio, Perla baserrian bertan jaiotakoa zen; ama Elgoibarko Borrax baserrikoa zen eta aitona Joxe, berriz, Arbizko bailarako Sakabi baserrikoa. Aitona Joxe eta emaztea, Perlakua baserrira bizitzera etorri zirenean, eurekin ekarri omen zituzten Arbizko sakonetan larratzen zituzten zezentxoak.
Sakako zezenak mundu guztian ezagunak izan ziren, han eta hemen, ez zegoen herririk Lasturreko zezenak ezagutzen ez zituenik. Euskal Herri osora eta kanpora eramaten zituzten zezenak, enbolatuta ateratzeko, entzierroetan korritzeko, sokamuturrean ibiltzeko edo zezenketetan, nobilladetan hiltzeko. Orain, gaur egun, zezenak kamioietan eramaten dituzte inongo arazorik gabe, baina lehen oinez egiten zituzten herrietarako joan-etorriak: "Bai, bai, hura gogorra zen…Ohituta geunden, baina hala eta guztiz ere, lan gogorra zen. Oso goiz jaiki behar izaten genuen eta mendiz ibili behar. Bezperan, lehenik, bizpairu zezen aukeratzen genituen larrean, gero txakur eta astoaren laguntzaz zezenak hartu, etxera abiatu eta kortan uzteko, ondo lotuta. Goizean goiz, burua estali zakuekin eta hiruzpalau orduko martxa herrira iritsi arte. Sokamuturrak bukatu eta buelta, lehengo bidetik.".
Eta horrela irteera bakoitzean. "Baina bi eguneko martxak ere egiten genituen, haiek bai zirela nekagarriak! Eta askotan errepideetatik osatzen genuen ibilbidea". Azpeitira joateko egiten zuten ibilaldia hau zen: " Arriolatik Itziarrera, Aldazabal eta Zeolar inguruetatik Olazabal baserrietara. Handik Goitzibarrera jaitsi eta hortik Zestoara aldats gora, eta Izarraitzeko maldetatik Lasaora, Azpeitira heltzeko". Gaur egun beste modu errazagoan egiten da lan, errepide zabalak eta pista asfaltatuak baitaude mendi inguruetan, kamioiak erraz ibiltzeko. Axenxio ere iritsi zen lasaitasun horretara, kamioi eta beste aurrerapen guztietara.

9/17/2011

EL PINTURERO TORERO DE LUGO

Dando la vuelta al ruedo en Lugo sin duda eso le sabria a gloria.











El Pinturero, el homenaje pendiente a un novillero de Lugo. (Noticia de La Voz de Galicia)


La hermana de Luis Ríos, «único torero paracaidista», intenta que el Concello apoye un acto de reconocimiento al diestro
Autor:
Enrique G. Souto
Fecha de publicación:
21/11/2008
Las cónicas decían de él que era el «único torero paracaidista de la historia». Luis Río s, El Pinturero , tenía 24 años cuando el 18 de diciembre de 1966 murió ahogado al caer al mar cuando intentaba aterrizar en la plaza de Serrezuela, en Colombia. El Pinturero era un gallego de Lugo, donde aún vive su hermano José ; desde Barcelona, su hermana María Carmen desarrolla gestiones desde hace largo tiempo para conseguir que se rinda un homenaje en su ciudad natal al torero paracaidista.
Los padres de Luis Ríos ( José y Filomena ) vivían en la casa número 64 de la ronda General Primo de Rivera (hoy ronda de la Muralla, a la altura de la puerta del Carmen). Allí quiere María Carmen colocar una placa en recuerdo de su hermano. Está dispuesta a correr con los gastos. Pero quiere que sea un homenaje en el que se implique la primera institución de la ciudad, el Ayuntamiento y, por tanto, la corporación municipal. Antes intentó, sin éxito, que el Concello dedicase una calle a El Pinturero, pero no lo consiguió; por eso ahora trata de que el acto consista en el descubrimiento de una placa.
No está María Carmen muy contenta con el gobierno local lucense y con algunos de sus colaboradores, entre los que cita al jefe de gabinete, J osé Ángel González Corredoira , y a «una secretaria» que la atendió telefónicamente hace un par de día. Por el contrario, ha encontrado, dice, en Xosé Anxo Lage (BNG) un concejal dispuesto a ayudarla; también cita con agradecimiento al popular Enrique Rozas . Al margen del Ayuntamiento, destaca la amabilidad que en su día tuvo con ella el subdelegado del Gobierno, Jesús Otero , y no deja de mencionar, por su voluntad de cooperación, al presidente del Aeroclub, Luis Abelleira , y a un lejano antecesor de éste en el cargo, Pallín .

9/01/2011

LAS OTRAS PLAZAS DE TOROS DE LEÓN.

Noticia de La crónica de León.

Villamañán y Villaquejida han promovido en los últimos años pequeños cosos taurinos para fomentar la afición
Vista panorámica de la plaza de toros de Villamañán, donde todos los años se celebran festejos populares. MAURICIO PEÑA
M. C. C. / León
De la plaza de Villamañán sólo quedaron en pie algunas vigas de su estructura inicial. Estaba situada en una finca céntrica, casi en frente del cementerio,junto a la carretera que va a Santa María del Páramo. Con los cosos de Astorga y Valderas, figuró en el inventario de plazas de toros que hizo Sánchez Neira (1879), precursor del Cossío. Tenía 3.000 localidades.
En 1924, Fidel Nistal, un vecino del pueblo, decidió probar suerte como empresario. Trajo madera desde Canadá, vía puerto de Gijón. Ese año, en las fiestas de la Virgen de la Zarza, la plaza fue reinagurada por todo lo alto. Entonces, en la provincia de León, funcionaban las de Astorga, Valderas y Valencia de Don Juan, abierta esa misma temporada. León, tras un intento fallido en 1912, aún estuvo esperando seis años para que se levantara la conocida como ‘El Petardo’. Pero ésa es otra historia.
La plaza de Villamañán funcionó dos años. Fidel Nistal tuvo que enfrentarse a todo tipo de avatares, incluido el embargo de la taquilla. Dio toros en 1925 y cerró.
Aunque en Villamañán se organizaron festejos esporádicos en otras décadas, todo fue a menos y aquel viejo coso terminó en el olvidó de todos.
Sin embargo, la afición no desapareció. En los últimos años, el alcalde, Segundo Tejedor, ha impulsado la construcción de una placita a medio camino entre una portátil y una fija. Está situada junto al auditorio municipal, muy cerca también de la carretera a Santa María del Páramo y todos los años por septiembre vibra con las vaquillas y espectáculos menores. La afición leonesa tiene en esta localidad del sur de la provincia y en Villaquejida, casi ya en la frontera con Zamora, dos buenos ejemplos de cómo con poco se puede mantener una afición que muchos ponen ahora en entredicho.
En el caso de Villaquejida, la plaza de la Era está construida en la zona del polideportivo municipal. Es de obra y cuenta con un pequeño ruedo para disfrute de los vecinos. Fue inaugurada en el año 2005. Hay una más, aunque abandonada. Laguna de Negrillos también tuvo su plaza. La inauguró el entonces novillero y hoy subalterno de lujo Martín Recio, el 28 de mayo de 1970, con motivo de las Fiestas del Corpus. Se llamaba “Los Remolques” y ni siquiera pudo ser terminada

ENCIERROS PIE DE CONCHA (CANTABRIA) 2011

La pequeña pedanía de Pie de Concha, con apenas 100 habitantes y situada a 56 kilómetros de Santander, ha celebrado este fin de semana sus tradicionales encierros, enmarcados dentro de las fiestas de la localidad y que cuentan con un gran sabor tradicional.
Son encierros de vaquillas con aroma clásico, en los que se implica todo el pueblo y con sabor antiguo. Se celebran desde hace más de 30 años y los de este año han resultado especialmente emocionantes debido a la bravura de las vacas, pertenecientes a la ganadería de Antonio Bañuelos.
Las "reses del frío" no pararon de moverse, rematando en tablas tras la presa y poniendo en apuros a los valientes que se atrevieron a ponerse delante. Afortunadamente no hubo que lamentar heridos graves, tan solo algún revolcón sin importancia. Las sueltas fueron dos, una el sábado por la noche y otra el domingo por la mañana, contando ambas con gran afluencia de público. Admirable que poblaciones de tan poco tamaño sigan manteniendo vivas sus tradiciones

8/30/2011

LA SOKAMUTURRA EN DONOSTIA-SAN SEBASTIAN (HISTORIA)

El objetivo de esta entrada es divulgar los festejos taurinos populares de San Sebastián, en armonía con las corridas de toros.Para que el ayuntamiento programe sokamuturra en Carnaval, en las Euskal Jaiak de Septiembre, o en los barrios como algo natural por historia y tradición , y si pudiera ser por todo el Casco Viejo como en la antigüedad mejor

.









En San Sebastián, desde el siglo XVII, era costumbre sacar la sokamuturra en determinadas festividades, siendo espectáculo que gozaba del favor de los donostiarras. Se corrían toros ensogados todos los domingos y días festivos comprendidos entre el 20 de enero, patrón de la ciudad, y el martes de Carnaval
A la hora de correrlos, las 8 de la mañana, 12 de la mañana y 4 de la tarde, el alcalde, o quien le representase, daba la orden de salida, que transmitía personalmente el popular Salcedo, conserje del Ayuntamiento, trasladándose con mucha prosopopeya, seguido de toda la chiquillería a la barraca que servía de chiquero, aproximadamente la actual casa número 24 de la calle Aldámar, que servía de fondo a la calle de Iñigo, por donde hacía su primera carrera en dirección a la plaza de la Constitución.


Entre tanto, la banda de txistularis iniciaba los compases del Iriyarena y transmitida la orden de salida por Salcedo o por Juanito Irazurca, ordenanza de la Alcaldía, que le sustituyó en sus funciones, asomaba el primer carnicero dándole vueltas a la soka-muturra, acompañado de los gritos de la muchedumbre: "Emen uek" (¡Ahí viene!), que provocaba la desbandada de los timoratos y excitaba a los valientes a agarrarse a la soga y entrar con ella a la plaza del Ayuntamiento, en el centro de la que había una argolla en el suelo por donde se pasaba la soga, para amarrarla a una de las columnas que sostienen los arcos; transcurridos unos diez minutos, durante los cuales se habían lucido los atrevidos, se desataba la cuerda de la columna, se volvía a sacarla de la argolla y se devolvía el buey a su chiquero, para dar salida a otro u otros, según el número de los que se toreasen.


 El destino de la argolla era el limitar el radio de distancia hasta los arcos, para que el buey no llegara al interior de éstos, refugio de los que huían y de los que paseaban para verlos de cerca. Cuando iba y venía el buey siguiendo la dirección de la plaza o del chiquero, solía dar algunos sustos, pues inesperadamente solía, a veces, dar una carrera por una calle colateral, por donde, oficialmente, no le correspondía y se formaba un tumulto. Esta diversión que, rara vez, ocasionaba más daño que el de alguna caída de la res, y que diligentemente era asistida en el Cuarto de Socorro de la plaza de las Escuelas, por el médico Don Julián Usandizaga y el practicante Don Blas Benegas.






Esta tradición de siglos fue suprimida por el Ayuntamiento que, en sesión de 14 de enero de 1901, estimaba que era una diversión, si bien adecuada a pequeñas poblaciones, impropia de una ciudad, dado el crecimiento y desarrollo que iba adquiriendo. Este acuerdo provocó gran descontento y protestas, que se tradujeron en una algarada de tipo. amotinado con intervención de la fuerza pública, que se vio obligada a hacer tres descargas, previo toque de atención, dos al aire y una al suelo de rebote, con el propósito de disparar directamente al cuerpo si no se hubiera disuelto la multitud, según declaración del comandante señor Beorlegui. El resultado fue varios heridos por pedradas, desperfectos de fachadas y balazos en algunas tiendas, y la detención y conducción a la cárcel de Ondarreta de muchos jóvenes, entre ellos, de algunas familias distinguidas, como Ignacio Colmenares, Rafael Eraso, Ezequiel Aizpurua, Alfonso y Javier Peña y Goñi, Ascensio Martiarena (el famoso pintor), Antxon Moreda y otros más, todos los cuales fueron puestos en libertad mediante fianza de 25.000 pesetas, que prestó por ellos el entonces joven periodista Don Rafael Picavea, fundador de EL PUEBLO VASCO, lo que le hizo ganarse muchas simpatías y votos para las próximas elecciones de diputados a Cortes, iniciándole en la política, donde, con posterioridad, actuó intensamente.Prueba de lo arraigado que este festejo estuvo en el pueblo donostiarra, fue su airada reacción al conocer el acuerdo municipal. Se formaron grupos enfurecidos en las calles, que apedrearon edificios públicos y comercios. En la Plaza de Guipúzcoa, la fuerza armada disparó al aire para detener la muchedumbre. Se concentró la Guardia Civil en Vitoria y los miqueletes, en los pueblos de la provincia. También fueron acuartelados los regimientos de Valencia y Sicilia hasta que los ánimos se calmaron. Gubernativamente, la prohibición se extendió a las restantes poblaciones guipuzcoanas


























Revista La Lidia 1883






foto de Navarra taurina









Foto Arturo
En San Sebastián, desde el siglo XVII, era costumbre sacar la sokamuturra en determinadas festividades, siendo espectáculo que gozaba del favor de los donostiarras. Se corrían toros ensogados todos los domingos y días festivos comprendidos entre el 20 de enero, patrón de la ciudad, y el martes de Carnaval.



El toril solía emplazarse en la calle Iñigo, desde donde era conducido a la plaza de la Constitución. Se corría un buey por la mañana, dos al mediodía y tres por la tarde, siendo siempre muy numeroso el público. Muchas veces el toro "hacía una carrera", es decir, salía por las calles transversales después de haberse desembarazado de los jóvenes que lo mantenían más o menos sujeto con la cuerda, sembrando el susto entre los transeúntes. La corrida de bueyes se iniciaba cuando el ordenanza de la Alcaldía llegaba portador del permiso de la autoridad. A su presentación rompía la banda de música con el Iriyarena,apareciendo el toro en la plaza antes de finalizar los últimos acordes.

En San Sebastián se corrían bueyes más corpulentos y menos acometedores que los de Lastur. No se toreaban con capa o muleta, sino a cuerpo limpio, hurtando las acometidas con regates, quiebros y cambios. La "soka-muturra tenía la solemnidad de un rito. Ya para la primera quincena de enero empezaba la gente a preocuparse y comentar las sesiones municipales en las que se acordaba el número de bueyes que habrían de correrse todos los domingos desde San Sebastián, 20 de enero y el día de la Candelaria, hasta el martes de Carnaval.





Esta tradición de siglos fue suprimida por el Ayuntamiento que, en sesión de 14 de enero de 1901, estimaba que era una diversión, si bien adecuada a pequeñas poblaciones, impropia de una ciudad, dado el crecimiento y desarrollo que iba adquiriendo. Este acuerdo provocó gran descontento y protestas, que se tradujeron en una algarada de tipo. amotinado con intervención de la fuerza pública, que se vio obligada a hacer tres descargas, previo toque de atención, dos al aire y una al suelo de rebote, con el propósito de disparar directamente al cuerpo si no se hubiera disuelto la multitud, según declaración del comandante señor Beorlegui. El resultado fue varios heridos por pedradas, desperfectos de fachadas y balazos en algunas tiendas, y la detención y conducción a la cárcel de Ondarreta de muchos jóvenes, entre ellos, de algunas familias distinguidas, como Ignacio Colmenares, Rafael Eraso, Ezequiel Aizpurua, Alfonso y Javier Peña y Goñi, Ascensio Martiarena (el famoso pintor), Antxon Moreda y otros más, todos los cuales fueron puestos en libertad mediante fianza de 25.000 pesetas, que prestó por ellos el entonces joven periodista Don Rafael Picavea, fundador de EL PUEBLO VASCO, lo que le hizo ganarse muchas simpatías y votos para las próximas elecciones de diputados a Cortes, iniciándole en la política, donde, con posterioridad, actuó intensamente.Prueba de lo arraigado que este festejo estuvo en el pueblo donostiarra, fue su airada reacción al conocer el acuerdo municipal. Se formaron grupos enfurecidos en las calles, que apedrearon edificios públicos y comercios. En la Plaza de Guipúzcoa, la fuerza armada disparó al aire para detener la muchedumbre. Se concentró la Guardia Civil en Vitoria y los miqueletes, en los pueblos de la provincia. También fueron acuartelados los regimientos de Valencia y Sicilia hasta que los ánimos se calmaron. Gubernativamente, la prohibición se extendió a las restantes poblaciones guipuzcoanas

Pero, poco a poco, volvió a programarse la sokamuturra, el 20 de enero de 1920 el diario El Sol de Madrid se hace eco de una sokamuturra en San Sebastian.

El 02/12 /1934 en abc:

En uno de sus últimos años de vida actuó Gayarre en Londres.Al emprender viaje a la capital inglesa presencio una sokamuturra en la plaza de la Constitución.En la obra que representaba"El Cazador Furtivo" el protagonista ha de lanzar "ad libitum" una incoherencia en el momento de lanzar las balas de la escopeta de las cuales una sería el diablo segun un pacto hecho con satanás.Gayarre ,con el teatro a reventar, y juzgando que nadie iba a saber euskera en Londres largó como palabra incoherente un "Emen uek" muy sonoro, y cual sería el asombro y el desconcierto general del grán artista navarro al oir la voz de un espectador que gritaba ¡Sokamuturra!.El autor de la interrupción fué un ingeniero ilustre nacido en Donosti cuya residencia habitual era Londres que al oir aquel grito había sentido con fuerza su patria.



En 1949 se celebraban sokamuturras en la plaza de la Constitución.Fotos en el archivo de Kutxateka










Imagenes de www.3digitala.com 1979 Antxon Aguirre Sorondo, a efectos ilustrativos y sin animo de lucro.
Sokamuturra carnaval Plaza de la Constitución.








Otra de 1979 publicada en el diario vasco.


Estas son de la biblioteca digital de gipuzkoa














sokamuturra plaza de la Trinidad.2013

.
Sin ir más lejos en el plano de Donosti se conserva el "Callejón de la Sokamuturra", por donde corrían los toros, cuyo recorrido total era mas o menos así.





Recuperarla tal como fué es un reto para las nuevas generaciones de donostiarras.


  http://maps.google.es/maps?hl=es&q=plano%20de%20san%20sebastian%20callejon%20de%20la%20sokamuturra&gs_sm=e&gs_upl=2859l8281l2l8406l27l19l0l3l3l0l375l3859l2-4.8l12l0&bav=on.2,or.r_gc.r_pw.&biw=1024&bih=571&wrapid=tlif131473478360910&um=1&ie=UTF-8&sa=N&tab=il






Zezenak dira
beltz-beltzak dira,
harrapatzen bazaitu
harrapatzen bazaitu
bertan,bertan
hilko zaitu.
Zezenak dite
adar zorrotzak
harrapatzen bazaitu
harrapatzen bazaitu
jo ta bertan
hilko zaitu.
Donostiako zezen suzkoa
izan zaitez
zorionekoa!.
Zezena dator arkupetatik
txispak dariola adarretatik
dinbilika
ta danbuluka
ta jendearen atzitik.
Zalaparta hartan
zenbat naspil
zenbat karraxi
ta zer iskanbil
itsumuka
ta trunbuluka
oi!! jende dena dabil.

Traducción no oficiosa del Iriyarena.
Los toros
son muy negros,
y si te pillan
allí mismo
te hacen un descalabro.
Los toros
tienen los cuernos
muy largos,
y si te pillan
allí mismo
te hacen un descalabro.
Loado seas
toro de fuego
Donostiarra.
El toro viene por los arcos
echando “txispas”
por los cuernos
dando bandazos
mientras persigue
a la gente.
En medio del estruendo
cuánta confusión