11/15/2010

TOROS EN RIAÑO(LEÓN) 1952


REVISTA COMARCAL MONTAÑA DE RIAÑO

http://www.revistacomarcal.es/Revista_05/toros_riano.html

Romualdo Conde - Goyo Carracedo
La primera Corrida de toros celebrada en Riaño se llevó a cabo en las fiestas de Quintanilla del verano de 1.952, la plaza se situó en el patio de las escuelas.

La idea se puso en marcha a través de cuatro patrocinadores voluntarios de la localidad: Romualdo Conde, transportista; Aniceto Gutiérrez, tratante; Agustín García, carnicero y Tomás García Ortiz, farmacéutico, este último el encargado de tramitar el papeleo y pedir las autorizaciones.
Así, para este primer espectáculo taurino se compraron dos toros y una vaquilla criados en la finca del Espinar a la entrada de Palencia. El precio de los novillos se acercó a las 5.000 pesetas cada uno (unos 30 euros de ahora), la vaquilla costó menos.

Los dos toros los lidiaría el torero Gonzalillo, paisano de Lario, el día de Quintanilla y la vaquilla se destinaría a una fiesta para los mozos para el día siguiente, Quintanillina.
La mañana de Quintanilla amaneció lluviosa, a las dos de la tarde no se había vendido ninguna entrada. Se creé que gracias a las plegarias de la tía Ramona y la tía Amelia, famosas beatas, escampó y a las cinco de la tarde con tiempo espléndido comenzó la corrida. Se vendió todo el aforo, con público participante de toda la Montaña. El precio de las entradas fue de tres pesetas (en euros... nada). La idea surgió como iniciativa privada y contó con la colaboración del Ayuntamiento, que además de no poner ningún tipo de inconveniente, concediendo todo tipo de permisos, apoyó para que desde el Gobierno Civil se concedieran las autorizaciones pertinentes para llevar a cabo el evento.
Los beneficios de esta primera experiencia ascendieron a 1.700 pesetas (10 euros), para cada patrocinador, conseguidos al día siguiente en la fiesta que se organizó con la vaquilla para los mozos en una animada capea.
Grandes “celebridades” de la época saltaron al ruedo ese día, unos voluntariamente y otros

obligados, con diferentes resultados en sus faenas: el dentista Manuel Delgado Úbeda, revolcón; a Manolo “el Asturiano” la vaquilla le dejó en calzoncillos y a Manolo Cosío también revolcón. Los tres se las daban de toreros en las juergas nocturnas, en las que solían

participar dando ambiente hasta altas horas de la mañana, y dando cuenta de las copas del camarero entre los vítores de los amiguetes de parranda.
Para ubicar la plaza fue necesario hacer unos trabajos previos como desmontar ...

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